Cirugía LASIK: guía sobre corrección de la vista

La cirugía LASIK es un procedimiento refractivo que utiliza un láser para modificar la córnea y reducir la dependencia de gafas o lentes de contacto. Está indicada para corregir miopía, hipermetropía y astigmatismo en pacientes que cumplen ciertos criterios médicos. Antes de decidirse, es importante conocer cómo funciona el procedimiento, los requisitos para ser candidato y los posibles efectos secundarios. Este artículo explica esos aspectos de forma clara y práctica.

Cirugía LASIK: guía sobre corrección de la vista

Este artículo es solo para fines informativos y no debe considerarse asesoramiento médico. Consulte a un profesional de la salud calificado para orientación y tratamiento personalizados.

¿Qué es LASIK y cómo cambia el ojo?

La cirugía LASIK (queratomileusis in situ asistida por láser) corrige la forma de la córnea para ajustar el enfoque de la luz sobre la retina. Al alterar la curvatura corneal se puede mejorar la agudeza visual y disminuir la necesidad de lentes correctivos. El procedimiento no actúa directamente sobre el cristalino ni la retina; su efecto principal es en la capa anterior del ojo. Tras la intervención, muchos pacientes experimentan una recuperación rápida de visión, aunque puede variar según la salud ocular previa y la técnica empleada.

¿Cómo funciona el laser en la corrección visual?

El láser excímer es el instrumento clave en LASIK: remueve microcapas de tejido corneal con precisión para esculpir la superficie. Antes de aplicar el láser, el cirujano crea un colgajo corneal que se levanta y vuelve a colocar al final, facilitando una recuperación más rápida y menos molestias. El uso del láser permite una personalización del tratamiento según la graduación y la topografía corneal, lo que puede mejorar resultados en comparación con métodos menos personalizados. Sin embargo, la tecnología y la experiencia del equipo influyen en resultados y seguridad.

¿En qué consiste la cirugía LASIK?

El procedimiento suele realizarse de forma ambulatoria y dura entre 10 y 30 minutos por ojo. Incluye anestesia tópica (gotas), creación del colgajo corneal, aplicación controlada del láser y reposicionamiento del colgajo. Tras la cirugía, se recomiendan reposo visual, evitar frotarse los ojos y seguir indicaciones para gotas antiinflamatorias y antibióticas. Las primeras horas o días pueden presentarse visión borrosa, sensibilidad a la luz o sequedad ocular; la mayoría de los síntomas mejora en semanas, aunque la estabilización final de la visión puede tardar meses.

¿Se puede dejar de usar glasses tras LASIK?

Muchos pacientes reducen significativamente o eliminan la necesidad de gafas después de LASIK para tareas como conducir o ver a distancia. No obstante, la capacidad de prescindir completamente de gafas depende de la edad, la graduación inicial y si hay presbicia (vista cansada) relacionada con la edad. Las gafas siguen siendo necesarias en algunos casos, por ejemplo para visión cercana en pacientes mayores o para actividades específicas si persisten pequeñas refracciones residuales. Es importante tener expectativas realistas y discutir objetivos con el cirujano.

¿Qué pasa con contact lenses antes y después?

Antes de la evaluación y la cirugía, es fundamental suspender el uso de lentes de contacto durante el tiempo indicado por el especialista (varía según el tipo de lente) para permitir que la córnea recupere su forma natural y obtener mediciones precisas. Tras LASIK, muchos ex pacientes ya no necesitan lentes de contacto; sin embargo, si se presentan irregularidades corneales o defecto residual, en algunos casos pueden usarse lentes terapéuticas o especiales. Además, la sequedad ocular postoperatoria puede complicar el uso de lentes de contacto temporales, por lo que el seguimiento es clave.

Conclusión

La cirugía LASIK es una opción consolidada para corregir defectos refractivos y reducir la dependencia de gafas y lentes de contacto, pero no es adecuada para todos. Evaluaciones preoperatorias completas, comprensión de beneficios y riesgos, y comunicación clara con el equipo oftalmológico son pasos esenciales. Consideraciones como la estabilidad refractiva, salud corneal y expectativas personales determinan si el procedimiento es una alternativa adecuada. Consulte siempre con un especialista para obtener una recomendación personalizada basada en su caso clínico.