Tratamiento de la infección de oído: opciones y cuándo ver a un médico

Las infecciones de oído son comunes en niños pero también afectan a adultos; provocan dolor, sensación de oído tapado y, a veces, fiebre. Conocer las alternativas de tratamiento, cuándo acudir al médico y cuándo dirigirse al hospital ayuda a reducir complicaciones y restaurar la audición. Este artículo explica las opciones terapéuticas, las pruebas médicas habituales y las medidas de cuidado en casa para manejar una infección de oído.

Tratamiento de la infección de oído: opciones y cuándo ver a un médico

Este artículo es solo para fines informativos y no debe considerarse asesoramiento médico. Consulte a un profesional de la salud calificado para orientación y tratamiento personalizados.

¿Cuándo acudir al médico?

Si el dolor de oído dura más de 24–48 horas, o va acompañado de fiebre alta, secreción por el conducto auditivo o pérdida significativa de audición, es recomendable consultar a un médico. Los bebés y niños pequeños que no se alimentan bien, tienen irritabilidad persistente o temperatura elevada deben ser evaluados sin demora. El médico realizará una historia clínica y una exploración con otoscopio para valorar el estado del tímpano y detectar signos de infección o perforación.

En consultas primarias, el profesional valorará la gravedad y decidirá si el caso puede tratarse de forma ambulatoria o si requiere derivación a un especialista en otorrinolaringología. También orientará sobre el alivio del dolor y sobre cuándo se deben iniciar pruebas complementarias o tratamiento antibiótico.

¿Qué sucede en el oído durante la infección?

Una infección de oído suele afectar al oído medio (otitis media), donde se acumula líquido detrás del tímpano causando inflamación y dolor. Las causas pueden ser virales o bacterianas; muchas otitis virales mejoran sin antibióticos, mientras que las de origen bacteriano pueden requerir tratamiento específico. La inflamación puede alterar la movilidad del tímpano y provocar pérdida auditiva transitoria hasta que se resuelva el cuadro.

El médico observa el tímpano para detectar enrojecimiento, abombamiento o perforación. En algunas situaciones se realiza timpanometría o audiometría para cuantificar la alteración auditiva, especialmente en infecciones recurrentes o persistentes.

Opciones de tratamiento médico

El tratamiento depende de la causa, la edad y la gravedad. El manejo inicial habitualmente incluye analgesia con paracetamol o ibuprofeno para controlar el dolor y la fiebre. En otitis bacterianas confirmadas o en pacientes con alto riesgo, el médico puede recetar antibióticos orales durante el tiempo adecuado según la guía clínica vigente. En casos de secreción purulenta persistente por perforación del tímpano, a veces se indican gotas óticas con antibiótico adecuadas para uso tópico.

Si las infecciones son recurrentes o existe pérdida auditiva crónica, el especialista puede valorar procedimientos como la inserción de tubos de ventilación (timpanostomía) para drenar líquido y ventilar el oído medio, o la extracción de adenoides si contribuyen a las recurrencias. La decisión quirúrgica la toma el otorrinolaringólogo tras una evaluación exhaustiva.

Atención médica y cuidados en casa

La atención sanitaria incluye seguimiento para confirmar la resolución de la infección y la recuperación auditiva. En casa, mantener al paciente hidratado, aplicar calor local suave y evitar la exposición a humos y cambios bruscos de presión ayuda en la mejoría. No se deben introducir objetos en el conducto auditivo ni usar gotas sin indicación médica si hay sospecha de perforación.

Las revisiones médicas programadas permiten comprobar que no haya líquido retenido que pueda afectar la audición. La vacunación contra la gripe y el neumococo reduce el riesgo de algunas infecciones respiratorias que predisponen a otitis. Para encontrar servicios locales, consulte centros de atención primaria y especialistas en otorrinolaringología en su área.

¿Cuándo ir al hospital?

Debe considerarse acudir al hospital si aparecen signos de complicación: dolor intenso y progresivo, hinchazón detrás del oído, erupción cutánea, rigidez de nuca, pérdida auditiva súbita, alteración del estado de conciencia o fiebre muy alta que no responde a antitérmicos. La mastoiditis (infección del hueso mastoideo) es una complicación grave que requiere evaluación hospitalaria y, en ocasiones, tratamiento quirúrgico e intravenoso.

En urgencias hospitalarias se realizarán pruebas de imagen si se sospecha extensión de la infección, y se administrarán antibióticos intravenosos cuando sea necesario. El hospital también ofrece criterios de ingreso para pacientes con riesgo de complicaciones, especialmente en niños pequeños o personas con enfermedades crónicas.

Conclusión

La mayoría de las infecciones de oído se resuelven con medidas de soporte y, cuando procede, con antibióticos. La evaluación temprana por un médico permite distinguir entre cuadros virales y bacterianos, iniciar el tratamiento adecuado y prevenir complicaciones. El seguimiento y las medidas preventivas, incluida la vacunación y la corrección de factores de riesgo, son clave para reducir recurrencias y proteger la audición.